martes, 17 de junio de 2008

Opinión crítica.

El barro es genial, con la debida mezcla de agua, puede pasar a ser blando y moldeable, coges algunas pequeñas herramientas para que te salga bien, lo moldeas, le das formas, quitas un poco de allí, terminas de arreglar algo de allá y tienes la figura que querías la cual responde a la idea que inicialmente tenias en mayor o menor medida.

La gente es igual que el barro a veces, la moldean a gusto de consumidor ¡si es que no hay nada mas curioso que una persona que la convierten en otra! Hay herramientas geniales, ellos las llaman amigos, aunque tan amigos no serán cuando transforman a una persona alegre, generosa, participativa y con ilusión en alguien con falsas ganas, que se sobrepasa cubriéndose las espaldas, que se cierra a nuevas puertas y que su ilusión desaparece para formar un cúmulo de deberes propios.

Lo más curioso es cuando estas personas ganan un mínimo de reconocimiento, que ojo ¡que no es fama ni poder!, pues siguen siendo meras personas sólo que media ciudad las conocen para bien, y la otra media las conoce para rajar de ellas, o siendo menos vulgar para difundir ciertas facetas de dicha persona que pueden ser verdad o mentira.

Personas así, pasan a ser pequeños intentos de políticos, pequeñas personas que creen que saben por donde se mueven, aunque más bien las mueven. Llega un momento que se toman con profesionalidad cosas dadas a lo habría ser natural tal como las relaciones personales, todo gracias a un subidón de a saber que, todo ello mezclado con amiguitos nuevos que son codiciosos y falsos, a estos amiguitos los llamare ministros de a bordo. Rara vez un ministro de a bordo no es un hijo de la gran puta, suele ocurrir que no lo sean cuando son gente que no pretende influir, sólo ayudar. Pero ¿Hoy en día quien quiere ayudar? ya solo queremos quedar “pro”, lucir insignia y faldar.

En la tierra que pisan escupo antes y después de que pasen de esas personas, gentuza que por su codicia enfocada al ego personal rebajan al ser humano a lo más mezquino de todo, son gente que curiosamente algún día serán fracasados e infelices si no son capaces de hacer bien el trepa.

Pequeños intentos de esperanza Aguirrez, eso es lo que hay por el mundo, míseras personas que se verán envueltas en la soledad pero la paliaran a golpe de un talonario cochino y ruin conseguido mediante tejemanejes y estúpidos movimientos sociales. Defensores de algo se calificaran, farsantes y gentuza sin principios diré yo.

A gente así, habría que darles una oportunidad, la oportunidad de quitarse de en medio concretamente. Por suerte mientras quede gente critica, capaz, envuelta en un haz de buscar la mejoría de la comunidad entera, mientras exista gente así podré morirme tranquilo a sabiendas de que no con una espada o una pistola, pero si a golpe de sátira y teclado de ordenador (que digo yo que dolerá más que un golpe con la pluma) se abrirán paso, desenmascarando a esta gentuza rastrera que cambia a las personas que en su día, podían haber hecho grandes cosas de verdad convirtiéndolas en lo que ahora serian “sus amigos por interés” los cuales se limitaran a cumplir las expectativas de sus ministros de a bordo que les piden insignias, condecoraciones y medallitas.


”De las amistades surgidas en la política, otra gran mentira como la política misma”


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